"Fuente a fuente se deslizaban las aguas por el mundo, ellas desnudaban las praderas, arrastraban las semillas y sembraban vida, rodeaban los árboles con sus brazos poderosos. Fuente a fuente se aclaraba el agua que se deslizaba por las caderas de las mujeres colombianas, las cuales, son cómo la fuente; limpian, purifican, dan vida y se aferran a este mundo con los brazos de olas del mar azul." (Maurendis – texto en el libro “Les di la mano, tomaron la piel – Narrativas de infancia desde la Guerra” Benposta 2019)
(https://benpostacolombia.org/documents/archivo/libro-%22les-di-la-mano,-tomaron-la-piel%22.pdf).
Con este poema escrito por Maurendis queremos hacer un reconocimiento especial a todas las benposteñas (niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres) que participan en los procesos de Benposta en cualquiera de sus modalidades: comunidades educativas – entornos protectores. La historia de Benposta está llena de significativos aportes de las benposteñas (niñas, adolescentes, jóvenes y adultas – mujeres) que desde su identidad han venido construyendo procesos que alimentan la vida en nuestras comunidades educativas. Aunque Benposta nace en el año 56 como la “Ciudad de los Muchachos” (Ourense –España) con la estructura machista propia de la cultura occidental de la época y la imposibilidad pedagógica de generar procesos de convivencia mixtos (el Circo los Muchachos debuta en Barcelona en el año 1966 y no había niñas-adolescentes-mujeres en el grupo), poco a poco ellas empiezan a tener presencia en la propuesta pedagógica (primero en condición de externas – 1968) y luego con derecho propio y con la oportunidad de participación en los procesos de autogobierno - sería Amalia la primer alcaldesa electa en la historia de Benposta - a pesar de la carga cultural y educativa que marginaba a la mujer de cualquier tipo de proceso de participación ciudadana. Hoy día y en el marco de del Día Internacional de la Mujer queremos rendir un homenaje a todas las niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres que han construido y construyen la vida diaria en nuestras sedes educativas, en el marco de un proceso colectivo que reafirma la identidad de género.